Fuente de dolor más o menos intenso, la precordialgia puede tener varias causas. Pero independientemente del tipo de dolor (ardor, sensación de presión, etc.), la homeopatía tiene varios remedios que pueden calmar la patología.
El término precordialgia agrupa a todos los dolores localizados en la parte ántero-lateral izquierda del tórax, antes del corazón, sin que este último se vea afectado. A diferencia del dolor provocado por una anginade pecho, los dolores de la precordialgia no se alivian tomando nitroglicerina.
Reconocer los dolores en la precordialgia
Estos dolores, cualquiera sea su origen, presentan las mismas características: son poco intensos, no están influidos ni por los movimientos respiratorias ni por el esfuerzo, se extienden hacia la mandíbula, el cuello y el brazo izquierdo y se irradian incluso hacia la espalda.
A diferencia de los sufrimientos causados por un problema cardíaco, que habitualmente abarcan una parte más o menos importante del tórax, el dolor de la precordialgia está tan bien localizado que el paciente puede ubicarlo utilizando un dedo. El dolor de la precordialgia se presenta en forma de presión torácica, calambre o ardor. El diagnóstico de la precordialgia es más delicado en las personas que presenten o hayan tenido reales enfermedades cardíacas, como por ejemplo el infarto de miocardio y la angina de pecho. Sólo el médico podrá determinar si se trata de precordialgia o de dolor de origen cardíaco.
Causas de la precordialgia
Las causas de la precordialgia son diversas y variadas. El dolor puede aparecer a raíz de las lesiones musculares, más especialmente las de los músculos intercostales. Las lesiones cutáneas, en caso de herpes zóster por ejemplo, pueden provocar precordialgia. También pueden citarse las enfermedades óseas, sobre todo las que afecten el Esternón y las costillas. Asimismo, la precordialgia puede ser consecuencia de un problema pleural o mediastinal. Por último, el estrés también puede provocar la precordialgia.
Tratamiento de los dolores de la precordialgia con la homeopatía
La homeopatía dispone de toda una gama de remedios para aliviar el dolor de la precordialgia. A título informativo, cualquiera que sea la patología a tratar con la homeopatía, hay algunas normas que deben observarse: tomar el medicamento fuera de las comidas para que conserve toda su eficacia, evitar siempre que sea posible todo contacto del medicamento con la piel en el momento de la ingesta y respetar escrupulosamente las dosis indicadas así como los días y las fechas de cada toma. Los remedios son citados a título indicativo, ya que en homeopatía cada tratamiento es estrictamente individual. Si la causa de la precordialgia es conocida, es importante tratarla parelamente al dolor.
Para calmar el dolor, se podrá utilizar Tabacum 9 a 15 CH, Abies Nigra 4 a 5 CH o Colocynthis 5 a 7 CH, a tomar en momentos de crisis. Para dolores similares a las quemaduras que migren hacia la boca y la espalda, una dosis de Robinia 5 ch puede bastar, a tomar algunos minutos después de la cena. Si el dolor ocurre después de una comida, Nux Vomica 5 CH es el remedio ideal. Una sola toma suele ser suficiente, pero si el dolor persiste una nueva ingesta está permitida. Arnica está indicado para los dolores debidos al estrés laboral o al estrés, para lo cual hay que tomar 5 gránulos de Arnica 4 a 5 CH antes de acostarse.
Cuándo consultar a un médico
Si el paciente está seguro que el dolor que siente no es de origen cardíaco podrá utilizar un remedio homeopático. Si el tratamiento no atenúa en modo alguno el dolor o si por el contrario éste se intensifica, no hay que dudar en consultar a un médico. En caso de duda sobre el origen de los dolores, es necesario abstenerse de tomar cualquier medicamento y acudir inmediatamente al médico, que es el único facultado para dar el diagnóstico exacto.
Tratamientos y patologías asociados a la precordialgia
Tratamientos asociados?
Importante No faltan los medicamentos convencionales para tratar el dolor de la precordialgia, pero la homeopatía sigue siendo un aliado importante para calmar el dolor experimentado, que obstaculiza la vida cotidiana, gracias a remedios eficaces que tienen la ventaja de no perjudicar a la salud del paciente gracias a que carecen de efectos adversos.
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